La inesperada recuperación francesa y la contraofensiva del Marne (septiembre de 1914) provocó un equilibrio de fuerzas en el frente occidental. Ninguno de los contendientes fue capaz de asestar el golpe decisivo a su adversario, por lo que los ejércitos permanecieron atrincherados. La guerra de desgaste sustituyó a la de movimiento, haciéndose necesario un cambio radical en estrategias y armamentos. La situación de las tropas, encerradas en una laberíntica red de trincheras, fue de extrema dureza, y con el tiempo se produjeron motines e intentos de deserciones masivas.
A LA PRÓXIMA GUERRA DEL GOLFO QUE VAYAN LOS GOLFOS DE LAS GUERRAS
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