lunes, 24 de enero de 2011

La Sociedad de Naciones

Nacida en la Conferencia de París, a partir de uno de los 14 puntos de Wilson, tenía como objetivo garantizar la paz y el concierto internacional, así como fomentar la cooperación y el desarrollo social y cultural. Su ideario contemplaba el respeto a la independencia política y la integridad territorial de los países miembros. En caso de conflicto entre los estados, las diferencias deberían solventarse de forma pacífica, acogiéndose al derecho internacional. Sin embargo, carecía de una fuerza militar con la que hacer cumplir posibles sanciones. La sede de la SDN se estableció en Ginebra (Suiza).



Dentro de su organigrama, además de la Asamblea General, destacaba el Consejo, compuesto por 4 miembros permanentes (Reino Unido, Francia, Italia y Japón) y 4 temporales. Como organismo asociado tenía al Tribunal Internacional de la Haya. Quedaron excluidos de ella la Unión Soviética, Alemania y, paradójicamente, los Estados Unidos. 




La efectividad de la SDN fue escasa, por varios motivos:
  • La limitada capacidad para decidir los asuntos, ya que era necesario que los acuerdos se tomaran por unanimidad.
  • La inexistencia de medios eficientes para hacer cumplir las resoluciones adoptadas.
  • La falta de implicación de las potencias que la integraron.
Su mayor éxito consistió en sacar adelante determinados programas de cooperación económica y humanitaria.
Su principal fracaso radicó en no poder evitar el estallido de la II Guerra Mundial. Se disolvió en 1946, transfiriendo su patrimonio y competencias a la ONU, de la que fue su más inmediato precedente.

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